El Romanticismo es una corriente artística que se ubica en el siglo XIX, ocupando la primera mitad del mismo en Europa, a excepción de España que cursa esta experiencia en forma tardía. Posteriormente, se extiende hacia América.
Víctor Hugo (1802-1885) dijo: “El Romanticismo no es otra cosa que el liberalismo en literatura”.Origen del vocablo:
Según Aguiar e Silva, el término “romántico” proviene del adverbio latino “romanice”, que significaba: “A la manera de los romanos”. Luego, “rommant” (fr) designó a la lengua vulgar frente al latín.
En los siglos XVII y XVIII, el término pasó a significar, por una parte, “quimérico, ridículo, absurdo”, defectos que se atribuían a las novelas “roman”; por otra parte, a medida que la imaginación adquiere importancia, pasó a significar “lo que agrada a la imaginación, lo que despierta el ensueño y la emoción del alma”. El primer uso célebre del término se le debe a J. J. Rousseau, quien en “Ensoñaciones de un paseante solitario” escribe que: “Las orillas del lago de Bienne son más agrestes y románticas que las del lago de Ginebra”.
Como término de periodización literaria, el adjetivo “romántico” nace como oposición a “clásico”. Goethe se atribuyó la paternidad de la dicotomía, pero fue F. Schlegel quien elaboró definitivamente la distinción al caracterizar al arte clásico como aquel que excluye las antinomias y al romántico como el que se complace en la unión de lo heterogéneo.
La base remota está en el francés “roman” que significa: novela, de donde nace el adjetivo inglés “romantic”, “emocionante,” que se difunde en Francia como palabra de habla inglesa. Románticos eran calificados ciertos paisajes o jardines que evocaban la Edad Media inglesa, así como las obras de arte donde desbordaba la fantasía.
Causas del Romanticismo:
A) Políticas.
La Revolución Francesa debe ser considerada un movimiento romántico, inspirado en un ideal de libertad y de dignidad humana, en un deseo de que los hombres se sintieran hermanos los unos de los otros y capaces de todo. Los tres principios de la revolución, los ideales que se persiguieron están de acuerdo con el movimiento, que es de carácter idealista.
Tras el terror vino el Imperio. Las guerras napoleónicas crearon en las mentes de las nuevas generaciones, la idea de que el hombre nacía de grandes sacrificios y heroicidades. Después de Waterloo, caído Napoleón, parecía que ya nada grande y heroico quedaba por hacer en el mundo. Los jóvenes que en un momento se ilusionaron con alcanzar rápidamente altos grados militares y honores se encontraron destinados solamente a cumplir una vida rutinaria. El saldo de todo ello fue el hastío, la melancolía, la sensación de vivir una vida frustrada.
B) Sociales.
Se promovió la individualidad a través de una serie de filósofos embanderados en la escuela del derecho natural. En esta se planteaba que el hombre poseía derechos emanados de sí, por el solo hecho de vivir. Esto influyó en el Romanticismo, cultor del individualismo.
C) Artísticas. El Romanticismo resultó del agotamiento de las formas y temas clásicos. El dominio de la burguesía con formación intelectual diferente de la aristocracia y con distinta sensibilidad y gustos, exigió formas expresivas diferentes.
Origen y evolución del Romanticismo
En su origen la estética romántica se gesta a modo de movimiento, es decir, como transformación de un grupo de artistas en una región. En los pueblos germanos se halla el “Sturm und drang”; en Gran Bretaña se destacan los “lakistas”.
En primer lugar, en 1770 con el “Sturm und drang” (tormenta y asalto o ímpetu), comienza la exaltación del ideal patriótico, el deseo de reencontrarse con el antiguo esplendor medieval, el gusto por la naturaleza, la importancia del genio, la inspiración, la subjetividad, así como el rechazo a las leyes exteriores (tanto al individuo como a su obra).
El nombre de dicho movimiento se debe a una obra dramática de Max Klinger, que posee todas las características del movimiento: tristeza, lirismo, imaginación y fuerza.
Los más notables sturmers fueron: Goethe, Klinger y Schiller.
Carta del 10 de mayo
“Se ha apoderado de mi alma una maravillosa alegría, parecida a las dulces mañanas primaverales que disfruto con todo mi corazón.
Vivo solo y gozoso en esta comarca tan a propósito para almas como la mía. Soy tan feliz, querido Guillermo, y estoy tan enteramente sumido en el sentimiento de una existencia apacible, que tengo abandonado mi arte. Ahora no podría dibujar ni un solo trazo, y sin embargo, jamás he sido tan buen pintor como en estos momentos. Cuando el amoroso valle exhala sus vapores a mi alrededor, y solo algunos rayos del sol suspendido allá en lo alto, sobre la impenetrable sombra de mi bosque, logran llegar hasta la intimidad del santuario; cuando yo, tendido sobre la espesa hierba junto a la cascada del arroyo, descubro a ras de la tierra innumerable variedad de pequeñas plantas; cuando siento tan cerca de mi corazón el bullicio de un pequeño mundo entre los tallos, la infinidad de formas de gusanillos e insectos, y siento la presencia del Todopoderoso que nos creó a su imagen y semejanza, el aliento del Dios amante que, meciéndonos en su eterna gloria, nos sustenta y nos sostiene; ¡amigo mío!, cuando a mi alrededor veo el crepúsculo, y el mundo circundante y el cielo todo reposan en mi alma como la imagen de una amada... entonces me digo, anhelante: ¡ah, si pudieras expresarlo todo, si pudieras llevar al papel lo que vive en ti tan plena y ardientemente, ese sería el espejo de tu alma, así como tu alma es el espejo del Dios infinito! Guillermo... pero me pierdo y sucumbo bajo el poder de tan magníficas visiones.”
En segundo lugar, en Inglaterra los lakistas fueron los impulsores de la renovación. Su nombre deriva de la fuente de inspiración: los lagos de Gran Bretaña. La obra: “Baladas líricas” (1798) compuesta conjuntamente por William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge implica el abandono de la estética neoclásica. Esto se observa, formalmente, en la utilización del verso blanco que posibilita el tono prosaico y acerca la poesía al habla cotidiana. Desde un punto de vista temático, se articula la belleza de la naturaleza y la experiencia personal.
Wordsworth define a la poesía como “emoción recordada en tranquilidad”. Texto ilustrativo de dicho autor:
“Dulce es el sabor que trae la naturaleza;
nuestro intelecto retorcido
desfigura las hermosas formas de las cosas.
Asesinamos para diseccionar.
Basta de ciencia y arte;
cierra esas hojas yermas;
adelante, y trae contigo
un corazón que vigile y reciba.”
En Francia se podría señalar a Jean-Jacques Rousseau como figura central. En sus obras “Julia, o la nueva Eloísa” (1761) y “Ensoñaciones del paseante solitario” (1782) se encuentran rasgos fundamentales como el individualismo, el sentimiento de la naturaleza y la exaltación de la sensibilidad. El carácter reflexivo y filosófico hacen a su obra profunda y compleja.
“Heme aquí, pues, solo en la tierra, sin más hermano, prójimo, amigo ni sociedad que yo mismo. El más sociable y el más amante de los humanos ha sido proscrito de ella por un acuerdo unánime. Han buscado en los refinamientos de su odio qué tormento podía serle más cruel a mi alma sensible y han roto violentamente todos los lazos que me ligaban a ellos. Habría amado a los hombres a pesar de ellos mismos. Helos ahí, pues, extraños, desconocidos, nulos, en una palabra, para mí pues que lo han querido. Pero yo, desligado de ellos y de todo, ¿qué soy yo mismo? Ve aquí lo que me queda por buscar. Desgraciadamente, tal búsqueda debe ir precedida de un intuito a mi posición. Es esta una idea por la que necesariamente he de pasar para llegar de ellos a mí.
De quince y más años acá, que estoy en esta extraña posición aún me parece un sueño. Siempre imagino que me atormenta una indigestión, que duermo con mal sueño y que voy a despertarme bien aliviado de mi dolor encontrándome de nuevo con mis amigos. Sí, sin duda, debo de haber dado un salto de la vigilia al sueño, o más bien de la vida a la muerte, sin darme cuenta.”
J. Rousseau. Primer paseo. En: “Ensoñaciones del paseante solitario”.
Características del Romanticismo.
Reaccionaron contra el Neoclasicismo y su arte artificioso, convencional, racional, su lenguaje refinado y la imposición de reglas. Negaron lo normal y razonable. Despreciaron lo unívoco, limitable, las formas sólidas y definitivas.
En el siglo XVIII se creía que se llegaba al conocimiento de la belleza a través de la razón y que esta no podía estar en contra de la moral. Esta estética preceptiva reducía el arte a un conjunto selecto de obras. La perspectiva histórica se encontraba ausente en esta normatividad, por lo que era impermeable a los cambios. Al contrario, los románticos fueron los iniciadores de una nueva teoría del arte denominada: “expresiva”. Esta concepción implica que la creación surge de la expresión personal y única del artista, no de la copia a parámetros clásicos. La originalidad, la imaginación, el dinamismo y la rebeldía son los pilares de esta nueva posición estética.En síntesis, desde la Antigüedad greco-latina (cultura clásica) hasta el siglo XVIII (Neoclasicismo) la teoría artística que prima es la mimética, es decir, el arte como copia o reflejo basado en reglas estrictas. El Romanticismo es el primer movimiento en proponer la creación o poiesis a partir de la expresión del artista.
Las transformaciones mencionadas traen aparejadas un nuevo modelo de belleza y de quién o cómo es un artista. Por un lado, la belleza se entenderá como subjetiva, original, regida por parámetros flexibles y dinámicos. Por otro lado, los artistas de esta corriente estética se consideran especiales, con un talento o genialidad que los hace excepcionales. Esta superioridad se traduce en la idea del artista como un pequeño dios o genio capaz de crear, a través del arte, mundos nuevos.
La sociedad burguesa no vio con buenos ojos esta postura, ya que la producción artística no estaba al servicio de intereses sociales como, por ejemplo, educar. Una sociedad materialista y pragmática no se iba a ver favorecida, por lo menos en un principio, por la bohemia, el individualismo y la rebeldía de estos artistas.
Los románticos consideran que artista se nace, no se hace. Las obras no son producto de un aprendizaje previo, sino del genio creador. La obra de arte es el resultado de momentos de inspiración que reflejan la valía de su autor.
Expresión de sentimientos. Este es un punto central y distintivo de la nueva estética. El arte es expresión de emociones. El artista transmite su sentir profundo, complejo y contradictorio. El contraste de sentimientos (alegría-tristeza, amor-odio) se puede observar en todas las expresiones artísticas de esta corriente. En el caso de la literatura, se evidencia no solo a nivel temático-argumental, sino también en el cambio de la puntuación, el uso de interjecciones y otras formas lingüísticas.
Irracionalismo-subjetividad. La razón (pilar de la Ilustración, siglo XVIII) se considera ahora insuficiente para explicar la realidad. No se considera que haya verdades fijas, absolutas, que puedan ser descubiertas. La realidad es, en esencia, cambiante, caótica e incomprensible. El mundo es un misterio y, por ello, lo sobrenatural, lo mágico y misterioso son frecuentes en los textos románticos.
Puede decirse que, en los románticos, hay un intento de autoconocimiento, sin embargo, esta experiencia no se logra por vía racional, sino por medio de la imaginación, la intuición y los sentimientos.
Sigmund Freud toma ideas sobre lo inconsciente de textos románticos; fueron estos artistas, según el padre del Psicoanálisis, quienes ahondaron en lo más escondido del espíritu humano que poco a poco las sociedades civilizadas fueron reprimiendo.
Tristeza, insatisfacción de todo y por todo, desconsuelo, tormento, tedio (por no encontrar nada que motive o estimule) fueron constantes en el Romanticismo. Todo provocó una actitud pesimista en la cual el dolor se adueñó de las almas, perdiéndose el sentido y el valor de la vida. Por este motivo Goethe definió a la poesía romántica como “poesía de hospital”. La melancolía –el regreso del dolor- fue el “mal del siglo”.
Aportó el concepto de libertad en la vida y en el arte. El Romanticismo no aceptó imposiciones; aspiró a la libertad en todos los ámbitos, y por este motivo asumió una postura rebelde. El hombre romántico se consideraba superior al resto por su sensibilidad, su imaginación, valores e ideales. Sin embargo, la sociedad burguesa con valores totalmente opuestos lo rechazó y marginó. Por sentirse un ser superior, aunque tratado como un inferior, no aceptó ninguna imposición. La mediocridad, el materialismo, las obligaciones y reglamentos impuestos por la sociedad lo llevaron al choque o a la evasión.
En lo social, el afán de libertad se tradujo en un modo de vida bohemia, descuidada. Para la sociedad fue un inadaptado, a veces un loco. Al artista se lo considera un ser improductivo por excelencia, no sirve –teniendo en cuenta los parámetros burgueses-. El creador se ufanó de esta postura, convirtiendo su dandismo en provocación, en pose.
El artista romántico tuvo actitudes mesiánicas, pues se sintió un enviado a predicar la importancia de los sentimientos, tratando de hacerle entender al mundo lo que había en el alma de seres rechazados o marginados. Un ejemplo de ello son Jean Valjean o Cuasimodo, el jorobado de Notre Dame, personajes de novelas de Víctor Hugo.
En el arte se rechazaron, como se ha dicho, las normas del Neoclasicismo anterior. La literatura rompió con los preceptos aristotélicos, especialmente la regla de las tres unidades en el teatro y la división de los géneros literarios. Se mezcló la prosa y el verso, lo que dio lugar al poema en prosa.
Se exalta la individualidad; toda gira en torno al yo. El individualismo romántico trata de buscar lo que existe de único e irrepetible en el hombre, y no lo que hay en común con los demás. De este modo, el sujeto se aísla de la sociedad. El yo-romántico tiene conciencia aguda y dolorosa de su propia personalidad, de ser distinto a los demás.
En literatura es frecuente el uso de la primera persona gramatical en singular (yo).Aspiración al absoluto Los románticos tienen nostalgia de la unidad. Tienen la sensación de haber sido desterrados de la unidad esencial. Inclusive, en esa búsqueda del yo donde llega a los estratos más profundos y primarios, descubre a la Naturaleza como fuerza creadora. Es una especie de mística invertida. Encuentra a Dios y la Naturaleza (parcialmente identificados) dentro de sí mismo.
Sienten nostalgia de la unidad de la que han sido desterrados. Viven la vida como exiliados. Novalis y Schelling plantean que la causa del exilio es la razón. Fue esta la que produjo la pérdida de la armonía, la desunión con el yo original (Dios). Por este motivo existe en el Romanticismo un deseo de absoluto, una aspiración al infinito, un deseo de trascendencia que los condena a la frustración, a la tristeza indefinida, al mal del siglo.
Idealismo. Todo cuanto busca debe ser con mayúsculas, no desea conquistar pequeños espacios de libertad, sino LA LIBERTAD, LA JUSTICIA, LA BELLEZA (esto debe verse en relación con los parámetros del movimiento). Por este motivo hay un sentimiento de inconformismo, de falta de plenitud, ya que la aspiración a lo ideal nunca será satisfecha.
Una de las causas más frecuentes del “mal de ausencia” que recorre sus obras es el olvido o muerte de la persona amada.
Amor idealizado y frustrado.
El amar una idea del Otro y no lo que es, conlleva al sufrimiento, dado que la Idea (como lo plantea Platón) es perfecta e inmutable y la representación de esa idea va a ser incompleta. El llamado: “amor platónico o idealizado” tiene en el “Amor Cortés” y en el “Dolce stil novo” dos estéticas medievales ejemplificativas. Los románticos adoptan esta postura que eleva al amor por sobre todo, pero ilustran los contrastes, es decir, a la dicha por encontrar un ser especial se le contrapone la desilusión, el afecto no correspondido, el matrimonio por interés, la separación y la muerte.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) ilustra muy bien este tópico en la leyenda “El rayo de luna” (1862).
Visión de la mujer.
Existen dos prototipos de mujer. Por un lado, la mujer angelical, que suele ser de tez blanca, rubia y de ojos azules; ella posee cualidades de una mujer virtuosa. Por otro lado, la mujer fatal, que suele representarse de cabello rojizo o castaño y ojos verdes; ella a partir de la atracción y el deseo conduce al enamorado por caminos equivocados. Ambos arquetipos continúan el maniqueísmo: María-Eva. Lo peculiar es que ambos modelos son la perdición del enamorado, por lo tanto, sin importar sus cualidades lo conducen al dolor, la desesperanza y hasta la muerte.
El Romanticismo es un gran movimiento de evasión. El romántico se evadió de la realidad, porque no le gustaba ni el lugar ni el tiempo en que le tocaba vivir.
Por un lado, el artista se evade intelectualmente soñando, dado que el mundo onírico le permite acceder al Inconsciente y no está regido por la razón. En las obras que ahondan en este tópico, se percibe un lenguaje oscuro, simbólico y con connotaciones místicas. En ocasiones son sueños sobre los orígenes o imágenes visionarias-proféticas. En ese sentido la obra del inglés William Blake (1757–1827) puede ser un buen ejemplo. “El libro de Urizen” (1794) se ha considerado un texto profético que a partir de símbolos expresa la historia de la humanidad. El proceso de composición de esta obra es sumamente importante, ya que el texto poético se halla anastomosado a la representación visual que expresa. Blake se adelanta a un principio estético que las Vanguardias artísticas del siglo XX impulsaron: la interconexión artística.
Por otro lado, se observa el deseo de escaparse de la realidad a partir de evasiones temporales hacia el pasado, particularmente a la Edad Media. En esta época encuentran fantasía, misterio, superstición, heroicidad. Se destaca la representación de castillos y cementerios, en general en ruinas.
Debe recordarse que, desde el Renacimiento, diferentes instituciones gobernadas por la razón fueron censurando las costumbres e ideales medievales.
En cuanto al espacio, se evaden hacia el Oriente y hacia América, porque son sitios que perturban la racionalidad; son el terreno de lo exótico, lo salvaje y lo erótico. Otro espacio de evasión es la naturaleza donde el poeta o personaje se enfrenta consigo mismo y sus conflictos.
Además de las formas enunciadas, la muerte –el suicidio- fue entendida como una experiencia de evasión. Sin embargo, algunas obras consideran esta muerte como una forma de comunicación con el Absoluto.
La naturaleza romántica. Existe una correlación entre el mundo exterior y la interioridad. En la unidad entre hombre y cosmos, los románticos se basan en San Pablo: la Naturaleza es el libro de Dios (o la manifestación de lo infinito y absoluto). De ahí parte la preferencia por paisajes solitarios, tormentosos, o por el mar, que sugiere el sentimiento del infinito; y por este motivo también se produce la constante personificación de la naturaleza.
En una época en que la naturaleza era vista como objeto de estudio de la ciencia, los románticos la dotan de vida espiritual (visión animista); no es ya un paisaje, sino un “templo de vivientes pilares”. La comunión con la naturaleza es más que un mero paralelismo. Los grandes paisajes favorecen la soledad y la introspección.
Puede establecerse una diferencia básica entre la naturaleza neoclásica y la romántica. La primera suele aparecerse en forma de jardines, estanques, esto es, en forma controlada. En el Romanticismo se presenta con formas exuberantes y espontáneas, a veces nocturnas y generalmente en pleno movimiento.
Panteísmo. Los románticos criticaron la adopción de doctrinas religiosas, por ello no son teístas sino deístas. Dentro de las visiones religiosas que no plantean un sistema jerárquico-institucional, los románticos apreciaron el Panteísmo. La palabra: “panteísmo” etimológicamente se descompone en dos semas “pan” que significa: “todo” y “teísmo” fusión de “teo” o “Dios” e “ismo” o “movimiento”. En este sentido el Panteísmo es más una postura existencial que una religión, ya que propone que Dios está en todas partes y que no es necesario de un mediador para acceder a él. En la naturaleza, no en edificios, es que se puede sentir la presencia divina.
Es habitual la utilización del paralelismo psicocósmico como recurso literario que visualiza la conexión hombre, naturaleza, Dios.
Períodos del Romanticismo Francés:
1. Afectivo o de iniciación (1800-1820)
2. Intelectual y militante (1820-1830)3. Triunfos y realizaciones (1830-1848)
En el 52 y el 64, después de una década casi sin publicaciones se da el gran momento de la poesía romántica con “Las contemplaciones” y “La leyenda de los siglos de Víctor Hugo, “Poemas antiguos” y “Los destinos” de Vigny y “La Viña y la Casa” de Lamartine.
1. Período afectivo o de iniciación:
• Se expresa la riqueza de la vida interior y la búsqueda de la espiritualidad.
• Aparece el retorno al cristianismo y a la Edad Media como fuente de inspiración.
• El sentimiento clave del alma romántica es la “vaguedad de la pasión” (solo se ejerce sobre sí misma sin finalidad ni objeto).
• Nace el gusto por las ruinas.
• El paisaje se convierte en factor desencadenante de la ensoñación y motivo de inspiración.
• Se oponen gusto y genio, tradición cristiana y grecolatina.
2. Período intelectual y militante
• Se caracteriza por el enfrentamiento entre clásicos y románticos y una gran agitación de ideas políticas y sociales.
• Se encuentran dos formas de concebir la poesía: la que defiende las reglas, y otra que busca el cambio, enemiga de aquellas.
• Se sistematiza la doctrina en algunos manifiestos, como el Prefacio de Cromwell.
• Los artistas se organizan en cenáculos.
3. Período de triunfos y realizaciones
• Ganada la batalla romántica comienza la desintegración del movimiento.
• Se observan tres tendencias diferentes que luego van a dar lugar a su escisión:
Social, que privilegia la misión educadora y civilizadora del poeta.
El arte por el arte que desprecia la subjetividad y cultiva la forma.
Intimismo donde se acentúa el lirismo interior.
Textos ilustrativos
Rima XI
“-Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión;
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas? No es a ti; no.
-Mi frente es pálida; mis trenzas, de oro;
puedo brindarte dichas sin fin;
yo de ternuras guardo un tesoro.
¿A mí me llamas? –No, no es a ti.
-Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible;
no puedo amarte. - ¡Oh, ven; ven tú!”
Gustavo. A. Bécquer (1836-1870)
“Ingleses, ¿por qué aráis la tierra
para los amos que os someten?
¿Por qué tejéis con arduo esmero
la ropa que ostenta el tirano?
¿Por qué vestís y alimentáis
desde la cuna hasta la tumba
a esos zánganos tan ingratos
que os chupan sudores y sangre?”
Mary Shelley (1797-1851)
Cuando siento el temor de dejar de existir
Cuando siento el temor de dejar se existir
antes de que mi pluma espigue mi fecundo cerebro,
antes de que pilas de libros en sus caracteres
guarden, como ricos graneros, el grano ya maduro;
cuando observo en el rostro estrellado de la noche
vastos símbolos nublados de un sublime romance,
y siento que quizá no viva para rastrear
sus sombras, con la mágica mano del destino;
y cuando siento, hermosa criatura de un momento,
que jamás volveré a posar la mirada sobre ti,
que jamás disfrutaré del idílico poder
del amor instintivo...entonces, a orillas
del ancho mundo quedo en solitario, y pienso
hasta que amor y gloria se hunden en la nada.
John Keats (1795-1821)
“No amé al mundo ni el mundo me quiso a mí.
No adulé sus jerarquías, ni incliné
paciente rodilla a sus idolatrías.
No he forzado sonrisas en mis mejillas,
ni he gritado adorando un eco;
entre la multitud no me contaron como uno más.
Estaba con ellos, pero no era de ellos.
Estuve y estaré solo, recordado u olvidado.”
Lord Byron (1788-1824)
Oda a la Melancolía
II
Mas cuando el ataque de melancolía caiga
repentino, desde el cielo, como la nube que llora
y alimenta las flores marchitas,
y oculta la colina verde en un refugio de abril;
sacia entonces tu pena en la rosa temprana,
o en el arco iris de una ola de sal y arena,
o en la riqueza de la redonda peonia;
y si tu amada su ira muestra,
aprisiona su mano suave, y deja que delire,
y toma alimento de lo más profundo de sus ojos
[ausentes]
III
Ella habita con la Belleza...Belleza que ha de morir;
y la Alegría, con su mano siempre en los labios
diciendo adiós, y cerca el Placer doloroso
convertido en veneno que sorbe con labios de abeja.
Sí, en el mismo templo del Placer
tiene la velada Melancolía su trono soberano,
que nadie ha visto salvo aquel cuya lengua poderosa
aplasta la uva de la alegría contra su fino paladar.
Probará su alma la tristeza de su poder,
y colgará entre sus trofeos sombríos.
John Keats (1795-1821)
Teorizaciones
Prefacio a “Cromwell” (1827)
“(...) La poesía de nuestro tiempo es el drama; la realidad es su carácter, y la realidad resulta de la combinación de los dos tipos, lo sublime y lo grotesco, que se encuentran en el drama, como se encuentran en la vida y en la creación. La poesía verdadera, la poesía completa consiste en la armonía de los contrarios. Ya es hora de decirlo en alta voz, puesto que, aquí sobre todo, las excepciones confirman la regla; todo lo que existe en la naturaleza está dentro del arte.”
Víctor Hugo (1802-1885)
Cartas del vidente. A Paul Demeny (1844-1917)
“El poeta se hace vidente mediante un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura. Busca por sí mismo y agota en sí todos los venenos, para no conservar sino su quintaesencia.
¡Puesto que llega a lo desconocido! ¡Puesto que cultiva su alma, ya rica, más que ningún otro!... Llega a lo desconocido y, cuando enloquecido llegue a perder la inteligencia de sus visiones, ¡las habrá visto! ¡Qué reviente en su salto por las cosas inauditas e innominables: ¡vendrán otros horribles trabajadores, y comenzarán por los horizontes donde el otro se hundió!
Encontrar una lengua… Por lo demás, siendo idea toda palabra, ¡llegará el tiempo de un lenguaje universal! Hay que ser académico -más muerto que un fósil- para completar un diccionario, de cualquier lengua que sea. ¡Los débiles se pondrán a pensar en la primera letra del alfabeto, y podrán hundirse pronto en la locura!
Esta lengua será del alma para el alma; resumiéndolo todo, perfumes, sonidos, colores, pensamiento enganchado y atrayendo pensamiento. El poeta definirá la cantidad de desconocido al despertarse en su tiempo en el alma universal; ¡dará más que la fórmula de su pensamiento, más que la notación de su marcha hacia el Progreso!
Los primeros románticos fueron videntes sin percatarse de ello. El cultivo de sus almas comenzó por lo accidental: locomotoras abandonadas, pero ardientes aún, que por algún tiempo enfilaron los rieles.
(...)
Los segundos románticos son muy videntes: Th. Gautier, Leconte de Lisle, Th. de Banville Pero inspeccionar lo invisible y escuchar lo inaudito, es algo muy diferente a retomar el espíritu de las cosas muertas. Baudelaire es el primer vidente, rey de los poetas, un verdadero Dios. Sin embargo, vivió en un ambiente demasiado artista, y la forma, tan elogiada en él, es mezquina. Las invenciones de lo desconocido reclaman formas nuevas.”
Arthur Rimbaud (1854-1891)
Trabajo elaborado por la prof. Mónica Revelez
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